XXIV DOMINGO DEL T.O. (B)

Domingo 15 septiembre 2024
Mc 8,27-35

«Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tenía que sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los escribas, ser asesinado y, después de tres días, resucitar. Pronunció este discurso abiertamente. Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo. Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro y dijo: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Porque no piensas según Dios, sino según los hombres.»
(Mc 8,31-33)

Al norte del lago de Galilea, al pie del monte Hermón, cerca de la ciudad llamada Cesarea de Filipo, Jesús pregunta a sus discípulos en el camino: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Y le responden: “Juan el Bautista; otros Elías, y otros uno de los profetas”. Jesús entonces cierra el círculo y pregunta: “¿Y ustedes quién dicen que soy yo?”. Pedro, el primero de la clase, toma la palabra y con firmeza responde: «Tú eres el Cristo», es decir, el Mesías. Después de eso, Jesús comienza un extraño discurso sobre el futuro. Habla claramente de rechazo, de sufrimiento, de muerte. A decir verdad, Jesús concluye hablando de la resurrección después de tres días, pero Pedro ni siquiera llega a escuchar esto; al escuchar la escalada de cosas negativas ya no entiende nada, piensa que tal vez su Maestro tuvo una pesadilla la noche anterior y ¡hasta lo regaña! En ese momento Jesús habla y delante de todos los discípulos, regaña a Pedro y le dice: «ponte detrás de mí», es decir: no hagas de mi maestro sino sígueme, continúa haciéndote discípulo y aprende de mí. Y luego ese nombre terrible: “¡Satanás! Porque no piensas según Dios, sino según los hombres.”. A Pedro se le ordena seguir, aprender más todavía, no conformarse a la mentalidad humana que, a veces, coincide con la diabólica. ¡El sufrimiento es parte de la vida y parte del Evangelio! De Jesús aprendemos que no tiene la última palabra y que se puede vivir con alegría: he aquí el cambio de mentalidad que el Maestro nos anima a realizar, día a día.

P. Giuseppe