ASCENSIÓN DEL SEÑOR (B)
Domingo 12 mayo 2024
Mc 16,15-20
«Jesús les dijo: “Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado. Estas serán las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán en sus manos serpientes y, si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y sanarán”. El Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Entonces ellos partieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor actuaba junto con ellos y confirmaba la Palabra con las señales que la acompañaban.”
(Mc 16,15-20)
Transcurridos cuarenta días de su resurrección, Jesús está a punto de ascender al Cielo y sus últimas palabras contienen, en una frase, su testamento: Vayan… proclamen… por todo el mundo y a toda criatura.
Aunque se dirige a los Once, este mensaje es válido para todo creyente. Como parte de la Iglesia, debemos sentir también nosotros la urgencia de ir, de movernos, de salir de nuestra esfera privada y proclamar el Evangelio en nuestro mundo y en nuestras relaciones; en una palabra: ser testigos. Hoy más que nunca es necesario que cada cristiano tome su posición y haga su parte en dar testimonio, sin contentarse con delegar a otros. En nuestro mundo de relaciones, por pequeño que sea, hay una espera del testimonio de la muerte y resurrección de Jesús y de su presencia viva en nuestras vidas.
Cuando tomamos en serio el imperativo de ir y proclamar, demostramos y mostramos nuestra fe y confianza en el Señor. Aquí entonces Jesús promete que esta fe irá acompañada de «signos»: curaciones, liberaciones… Atención, la Buena Noticia no niega que en nuestra vida nos enfrentaremos a problemas, dificultades, enfermedades, etc.,pero estas situaciones no tienen la última palabra, ¡sin embargo la tiene el Resucitado!
El último versículo cierra el evangelio de Marcos y al mismo tiempo abre el mío y el tuyo: «El Señor colaboró con ellos». ¡Que cada uno conquiste su propio mundo con el anuncio explícito de Jesús resucitado y vivo entre nosotros!
p. Giuseppe