Queridos hermanos y hermanas
mi deseo y mi oración, en este día solemne, es que cada uno de nosotros crezca en la conciencia del nuevo nombre que hemos recibido del Señor: Juan Bautista. Un nombre que determina nuestra vida según el estilo koinónico que el Señor ha confiado a nuestro amado Padre Fundador y a los hermanos y hermanas que ha reunido a su alrededor en estos 44 años de comunidad.
Que el éxito de nuestra misión siga siendo el mismo que el del Bautista: ¡reconocer y proclamar la presencia del Mesías en medio de nosotros y tener el valor de denunciar su ausencia, permaneciendo siempre fieles amigos del Esposo y de los hermanos y hermanas que nos ha dado!
¡Felicidades y buena fiesta!
p. Giuseppe